Aquellos que adquieren un coche clásico y lo restauran con piezas originales los conocen bien. Los desguaces siempre han sido centros de aprovisionamiento ya que a ellos han llegado coches de todo tipo, de los que aún pueden aprovecharse muchas piezas.
No obstante desde hace unos años son cada vez más los usuarios que se benefician de las piezas de segunda mano que se ofrecen en los desguaces, tanto para reparar las averías de sus vehículos como para mejorarlos o restaurarlos. Y es que algunas piezas y recambios de un coche pueden tener una vida más larga que la del propio vehículo.
El problema que existía antes era el de localizar un buen desguace, de confianza, y posteriormente tener que desplazarse hasta allí para encontrar las piezas que necesitábamos. Desde hace unos años, tras las diversas reformas legales, descendió el número de desguaces quedando tan sólo los que cumplen 100% la legalidad y ofrecen garantía sobre las piezas que venden. Y gracias a internet, buscar desguaces coches es tan sencillo como encender el ordenador y con un par de clicks tendremos a nuestra disposición no sólo la información de los centros sino también todas las piezas que necesitamos.
Además de la economía que supone adquirir piezas de segunda mano para nuestro coche o moto, en los desguaces se encargan de recoger los vehículos siniestrados o los que ya no funcionan y no nos merece la pena reparar, para extraer de ellos las partes, piezas y recambios que pueden seguir funcionando en otros vehículos. También tramitan de forma gratuita la baja del vehículo en la DGT, algunos incluso se encargan de venir a buscarlo a nuestro propio domicilio.
Se trata por tanto no sólo de un negocio encargado de la compra de vehículos viejos y venta de repuestos de segunda mano, sino de un centro de recuperación en toda regla, cumpliendo las normas medioambientales y siguiendo los preceptos de la reutilización de materiales útiles.